martes, 8 de mayo de 2012

Violencia y Narcotráfico, Ojo por ojo, diente por diente: una etnografía de la crueldad


Violencia y Narcotráfico, Ojo por ojo, diente por diente: una etnografía de la crueldad

Es interesante como Marcial utiliza de manera introductoria la violencia en el narcotráfico y sus implicaciones tanto sociales como culturales. Por un lado, efectivamente los medios de comunicación se encargan de realizar fotografías, reportes o investigaciones acerca de acontecimientos de este tipo, sin embargo, la historia no cuenta desde ahí, sino una repercusión más profunda en el sentido de los intereses que tienen ciertos grupos principalmente económicos, donde son capaces de eliminar lo que les estorbe en su camino.
El “levantón” me parece una forma inteligente de control y dominación que tiene que ver con la eliminación de otros, por lo tanto, física de un individuo, como lo dice el autor, “express”. Al ser una actividad practicada en la narcoviolencia, se convirtió en una táctica útil en plena luz del día con la finalidad de quitar espinas a sus asuntos.

Las maniobras que realizan estos grupos son crueles y devastadoras con un fin de lucro, el mantener objetivos fijos sin perder la mirada del exterior, como el “pozole”, una forma de violencia un tanto silenciosa por lo que le realizan al individuo, otra es el acribillamiento que en cualquier día que vaya alguien en la calle puede acercase otro automóvil y dispararle.

Lo intrigante es que la prensa y medios de comunicación se meten en esos asuntos de una manera superficial, sino decir que se encuentran controlados, sobre el narcotráfico en México y en otros países. La violencia se presenta de una manera social y personal donde existe una red de trabajo eficiente, sin embargo, esta violencia aparentemente subterránea contrae a la sociedad en general y provoca miedo e inseguridad, por ello, los casos presentados por Marcial contienen noticias relevantes en cuanto al tema.

El sistema de control de droga es un caso que en lo particular me interesa, ya que el narcotráfico no para ni se tiene que esconder para saber que existe, a la vez constituye una economía por debajo de la sociedad que tiene luchas entre mismos grupos narcotraficantes, ya sea por deudas, trabajos o falta de “acuerdos”. Se dejan mensajes concretos que demuestran lo que son capaces de hacer cierto grupo de personas y que dejan una huella psicológica tanto a una persona como a otras, ocasionando ansiedad y falta de seguridad. Aquí se hace presente el manifiesto de control y dominación con poder y fuerza, algo que es constante en este tipo de casos.

El tipo de combate que ha llegado a formar otro tipo de violencia tanto física como psicológica constituye otra dimensión de la capacidad y quehaceres del narcotráfico, puede ser desde la tortura hasta el “bazukazo”, con la utilización de armas y otro tipo de mecanismos.

A medida que se haga más grande la noticia del narcotráfico o su lucha por parte del Estado, estos grupos fabricarán más técnicas útiles para acabar con sus enemigos; la violencia no desaparecerá así como así, seguirá siendo un método para cumplir fines y lograr objetivos establecidos en un principio por el narcotráfico en varios países.

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