Violencia y Narcotráfico, Ojo por ojo,
diente por diente: una etnografía de la crueldad
Es
interesante como Marcial utiliza de manera introductoria la violencia en el
narcotráfico y sus implicaciones tanto sociales como culturales. Por un lado,
efectivamente los medios de comunicación se encargan de realizar fotografías,
reportes o investigaciones acerca de acontecimientos de este tipo, sin embargo,
la historia no cuenta desde ahí, sino una repercusión más profunda en el
sentido de los intereses que tienen ciertos grupos principalmente económicos,
donde son capaces de eliminar lo que les estorbe en su camino.
El “levantón”
me parece una forma inteligente de control y dominación que tiene que ver con
la eliminación de otros, por lo tanto, física de un individuo, como lo dice el
autor, “express”. Al ser una actividad practicada en la narcoviolencia, se convirtió
en una táctica útil en plena luz del día con la finalidad de quitar espinas a
sus asuntos.
Las
maniobras que realizan estos grupos son crueles y devastadoras con un fin de
lucro, el mantener objetivos fijos sin perder la mirada del exterior, como el “pozole”,
una forma de violencia un tanto silenciosa por lo que le realizan al individuo,
otra es el acribillamiento que en cualquier día que vaya alguien en la calle
puede acercase otro automóvil y dispararle.
Lo
intrigante es que la prensa y medios de comunicación se meten en esos asuntos
de una manera superficial, sino decir que se encuentran controlados, sobre el
narcotráfico en México y en otros países. La violencia se presenta de una
manera social y personal donde existe una red de trabajo eficiente, sin
embargo, esta violencia aparentemente subterránea contrae a la sociedad en
general y provoca miedo e inseguridad, por ello, los casos presentados por
Marcial contienen noticias relevantes en cuanto al tema.
El
sistema de control de droga es un caso que en lo particular me interesa, ya que
el narcotráfico no para ni se tiene que esconder para saber que existe, a la
vez constituye una economía por debajo de la sociedad que tiene luchas entre
mismos grupos narcotraficantes, ya sea por deudas, trabajos o falta de “acuerdos”.
Se dejan mensajes concretos que demuestran lo que son capaces de hacer cierto
grupo de personas y que dejan una huella psicológica tanto a una persona como a
otras, ocasionando ansiedad y falta de seguridad. Aquí se hace presente el
manifiesto de control y dominación con poder y fuerza, algo que es constante en
este tipo de casos.
El
tipo de combate que ha llegado a formar otro tipo de violencia tanto física
como psicológica constituye otra dimensión de la capacidad y quehaceres del
narcotráfico, puede ser desde la tortura hasta el “bazukazo”, con la
utilización de armas y otro tipo de mecanismos.
A
medida que se haga más grande la noticia del narcotráfico o su lucha por parte
del Estado, estos grupos fabricarán más técnicas útiles para acabar con sus
enemigos; la violencia no desaparecerá así como así, seguirá siendo un método para
cumplir fines y lograr objetivos establecidos en un principio por el
narcotráfico en varios países.
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