Comentario de las lecturas de Alfredo
Tecla “Antropología de la Violencia”
Desde
mi punto de vista, el autor hace un buen trabajo con redacción entendible sin
complicaciones teóricas abundantes. Me parece también muy interesante el
capítulo de las guerras, ya que lo podemos resumir a que es un desarrollo de
control social, es decir, las disciplinas como la psicología o sociología la
entienden de acuerdo a sus posturas, pero remiten a cuestiones similares.
El
desarrollo de la sociedad se inclina a contribuir a una evolución de la misma
guerra, como lo menciona el autor, la tecnología, las diferencias culturales
y desigualdades sociales, son unos
cuantos factores que tienen que ver con matanzas y el llamado etnocentrismo, al
creer a los otros actores culturales como enemigos. Efectivamente, la
guerra no es un fenómeno sencillo de
explicar, al contrario, es un concepto complejo que puede mirarse de distintas
perspectivas, por ejemplo, desde la disciplina antropológica, es necesario
hacer un análisis histórico de un lugar para conocer porqué razones permitieron
al hombre entrar en un sentido violento y contribuir a las cuestiones de la
guerra.
El estado
y la propiedad privada sistematizan y jerarquizan a la sociedad, se estratifica
conforme a diferencias y permite el surgimiento de nuevos comportamientos; aquí
incluyendo el aspecto tecnológico que en realidad, hoy por hoy, existen los
medios y recursos para eliminar gran parte de la sociedad humana, sino es que
toda. La evolución construida en este sentido, permite no solamente un contacto
directo a nivel individual, sino también colectivo, guerras internas y externas
que utilizan la cultura como mecanismo destructivo, ya sea por medio de
ideologías, discursos, promesas, entre otras para llegar a la manipulación
social, y por ende, a la creación de conflictos culturales y rechazos sociales.
Para
el apartado de la “Violencia: la historia del concepto”, empieza considerando
términos religiosos e historia de dichos grupos para dar un panorama de lo que
la religión ha permitido como violencia. Por ejemplo, la Biblia, que explaya
mecanismos autoritarios e ideologías que van en contra de diferencias o para justificar
la existencia de los pueblos.
Hoy
en día prevalecen dichas creencias y permite una barrera cultural realmente
fuerte, los gobiernos de cada lugar permiten actos violentos como método de
resolución de problemas, en base a un discurso de poder y control de su propia
sociedad. Yo creo que ir en contra de lo establecido abre brechas destructivas
en la sociedad y se utilizan diferentes elementos creados a través del tiempo
para protegerse, como las leyes, de distintos acontecimientos de la vida. Cada grupo
tiene su ideología que puede compartir o no con otros, que implica poder y
subordinación sobre los otros.
El
estado conforme lo que redacta el autor, lo entiendo como un complejo social
que controla, difunde y permite la segregación social, hace diferencias y pacta
poder.
Por
último, está el capítulo de “Las objeciones científicas”, tratando de definir
un concepto de violencia, que, en distintas lecturas abordadas, no existe un
concepto generalizable que se remonte a lo que es violencia o no para cada
sociedad. Es un fenómeno que es necesario abordar de manera multidisciplinaria
para poder interpretar cada parte de lo que significa violencia.
Es
evidente que existen diferencias conceptuales, pero a su vez compactan
teóricamente, un acercamiento con la realidad de las personas, es decir, si la
psicología contribuye a formar un estudio del constructo ideológico del
individuo y su comportamiento, la antropología puede abarcar el campo social y
cultural del mismo. Emociones, poder, contacto social, la parte biológica y
cultural tiene que ver, desde mi perspectiva con la violencia, depende de cómo
se encuentre el individuo en su vida cotidiana.