jueves, 8 de marzo de 2012

Comentario de las lecturas de Alfredo Tecla “Antropología de la Violencia”


Comentario de las lecturas de Alfredo Tecla “Antropología de la Violencia”

Desde mi punto de vista, el autor hace un buen trabajo con redacción entendible sin complicaciones teóricas abundantes. Me parece también muy interesante el capítulo de las guerras, ya que lo podemos resumir a que es un desarrollo de control social, es decir, las disciplinas como la psicología o sociología la entienden de acuerdo a sus posturas, pero remiten a cuestiones similares.

El desarrollo de la sociedad se inclina a contribuir a una evolución de la misma guerra, como lo menciona el autor, la tecnología, las diferencias culturales y  desigualdades sociales, son unos cuantos factores que tienen que ver con matanzas y el llamado etnocentrismo, al creer a los otros actores culturales como enemigos. Efectivamente, la guerra  no es un fenómeno sencillo de explicar, al contrario, es un concepto complejo que puede mirarse de distintas perspectivas, por ejemplo, desde la disciplina antropológica, es necesario hacer un análisis histórico de un lugar para conocer porqué razones permitieron al hombre entrar en un sentido violento y contribuir a las cuestiones de la guerra.

El estado y la propiedad privada sistematizan y jerarquizan a la sociedad, se estratifica conforme a diferencias y permite el surgimiento de nuevos comportamientos; aquí incluyendo el aspecto tecnológico que en realidad, hoy por hoy, existen los medios y recursos para eliminar gran parte de la sociedad humana, sino es que toda. La evolución construida en este sentido, permite no solamente un contacto directo a nivel individual, sino también colectivo, guerras internas y externas que utilizan la cultura como mecanismo destructivo, ya sea por medio de ideologías, discursos, promesas, entre otras para llegar a la manipulación social, y por ende, a la creación de conflictos culturales y rechazos sociales.

Para el apartado de la “Violencia: la historia del concepto”, empieza considerando términos religiosos e historia de dichos grupos para dar un panorama de lo que la religión ha permitido como violencia. Por ejemplo, la Biblia, que explaya mecanismos autoritarios e ideologías que van en contra de diferencias o para justificar la existencia de los pueblos.

Hoy en día prevalecen dichas creencias y permite una barrera cultural realmente fuerte, los gobiernos de cada lugar permiten actos violentos como método de resolución de problemas, en base a un discurso de poder y control de su propia sociedad. Yo creo que ir en contra de lo establecido abre brechas destructivas en la sociedad y se utilizan diferentes elementos creados a través del tiempo para protegerse, como las leyes, de distintos acontecimientos de la vida. Cada grupo tiene su ideología que puede compartir o no con otros, que implica poder y subordinación sobre los otros.

El estado conforme lo que redacta el autor, lo entiendo como un complejo social que controla, difunde y permite la segregación social, hace diferencias y pacta poder.
Por último, está el capítulo de “Las objeciones científicas”, tratando de definir un concepto de violencia, que, en distintas lecturas abordadas, no existe un concepto generalizable que se remonte a lo que es violencia o no para cada sociedad. Es un fenómeno que es necesario abordar de manera multidisciplinaria para poder interpretar cada parte de lo que significa violencia.

Es evidente que existen diferencias conceptuales, pero a su vez compactan teóricamente, un acercamiento con la realidad de las personas, es decir, si la psicología contribuye a formar un estudio del constructo ideológico del individuo y su comportamiento, la antropología puede abarcar el campo social y cultural del mismo. Emociones, poder, contacto social, la parte biológica y cultural tiene que ver, desde mi perspectiva con la violencia, depende de cómo se encuentre el individuo en su vida cotidiana.

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